lunes, 14 de abril de 2014

“El Ultimo turquito”

El último turquito


Ésta es una de las lecturas que más me han gustado con respecto a la preservación de los ecosistemas como también los factores abióticos y no abióticos que albergan en éstos.

La lectura es en parte escrita de manera metafórica, el autor te envuelve en la trama de la historia de una manera sutil pues la parte descriptiva es lo que hace más atractiva la historia; sin duda se habla de cuestiones meramente biológicas el comportamiento de algunos animales que son esenciales para las cadenas tróficas.
Uno de los temas que abarca la lectura es el mimetismo, creo que éste proceso es más que interesante al igual que la extinción de una especia inocente pero sobre todo el autor hace que con esa combinación de palabras interesantes cada una de nuestras mentes sea el escenario de dicha obra.

Pienso que la lectura hace un énfasis extremadamente realista de lo que es el presente, de lo que el hombre hace hoy en día por "necesidad", por ende, considero que no es nadas es exagerado o dramático, es así como la naturaleza sufre ante el paso del hombre talando árboles en diversos ecosistemas.

Es interesante cómo el autor llama a los arboles “gigantes milenarios” por el simple hecho de llevar más tiempo existiendo que nosotros mismos y que en un abrir y cerrar de ojos, cortados con una actitud tan déspota, sin tener respeto a lo que es la naturaleza, dejen de existir en el planeta.

Deberíamos ser la evolución que perfeccione la naturaleza para cuidar y preservar, no para autodestruir nuestro único hogar así como también es el hogar de un sin fin de especies diversas.

Se puede notar la pérdida de los valores humanos en ésta lectura y así albergando más preguntas que respuestas las imágenes llegan a nuestras mentes con un solo significado; destrucción y muerte, extinguir una vida animal por diversión o sin la más mínima explicación racional, por copiar las acciones de los demás sin saber la magnitud de nuestras acciones.


Sin embargo ésta lectura me hizo reflexionar aún no es tan tarde para preservar lo poco que queda de nuestros ecosistemas, de nuestra biodiversidad y de la misma manera inculcar valores enseñando a las futuras generaciones a cuidar, preservar y reforestar para que tengan un planeta más puro en el cual vivir.

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